lunes, agosto 30, 2004

there's a portrait in a back room

hay momentos en la vida en los que debería estar prohibido escuchar a belle and sebastian. sobre todo en esos momentos en los que lo que más desearías del mundo es estar escuchándolos sentado en un sofá con una persona en vez de solo delante del ordenador.

miércoles, agosto 18, 2004

sleepless in seattle

puestos a perder la poca imagen que me queda, voy a revelar uno de mis vicios inconfesables: las comedias románticas. y es que, por una serie de circunstancias que no vienen al caso, hoy he recuperado una película que, cuando salió, me obsesionó durante siglos.
es "algo para recordar".
sí, lo sé, meg ryan y tom hanks. pero ambos antes de convertirse en lo que son ahora. lo mismo digo de la directora, nora ephron, que pasó de maestra del género a una más, y además especialmente cursi. pero sigo pensando que esta película, a pesar de los defectos obvios, tiene más que aportar de lo que parece. el guión es soberbio: aparte de jugar perfectamente con todos los recursos de la comedia de enredo, toda la película está poblada de diálogos que podrían no tener ninguna relevancia si no fuera porque, al ser tan creíbles y cotidianos, hacen que creas que la historia puede ser posible. y por qué no? yo me he pasado la vida haciendo locuras, y he dicho y sentido cosas en determinadas situaciones que no se alejan tanto de lo que aparece en la película, en sus momentos más intensos. me encanta que, de algún modo, reivindique que determinadas cosas que podrían parecer locuras realmente tienen sentido, y pueden ser precisamente la llave de tu felicidad. aparte de todo, está dirigida con muy buen gusto; la banda sonora, aunque quizás sea fácil utilizar un encadenado de estándares de jazz, está perfectamente adecuada a cada escena, realzándola y complementándola. un defecto? quizás se juegue demasiado con los estereotipos hombre vs. mujer. pero, al fin y al cabo, introduce un par de situaciones cómicas divertidas.
y además, qué coño, le tengo mucho cariño, y me sigue emocionando hasta que se me salten las lágrimas.

lunes, agosto 02, 2004

i don't mind you coming near, give me company till she comes again

habia decidido (casi mi vida había decidido por mí, que no es lo mismo) que iba a vivir un poco más y escribir un poco menos. quien dice escribir dice practicar cualquiera de los vicios de exhibicionismo internáutico que todos conocemos tan bien. pero es que... tengo vida? he perdido totalmente la cuenta del tiempo que hace que no me ocurre nada intenso de verdad. y eso, siendo benévolo con el concepto de intensidad, porque nos tendríamos que remontar al 17 de noviembre del 2000 para recordar un momento de esos en que, aún hoy, recuerdo con un escalofrío, una sonrisa y un poco de pena. me digo una y otra vez que, en el fondo, estoy más contento de lo que he estado en años, más seguro, tengo las cosas más claras. que lo más divertido es esta promiscuidad mental de no tener a nadie en concreto en la cabeza pero pasarse el día considerando opciones, siempre sonriente como un adolescente con el pavo, sin terminar de tomarse nada en serio. y es verdad. pero que levante la mano quien pueda afirmar que puede ser feliz del todo sin esa chispa que te da enamorarte de alguien hasta el punto de que te duela la cara de tanto sonreir, que no puedas evitar saltar de alegría al escuchar una canción determinada, que te duelan los cinco minutos que tarda en volver del baño.